Al incursionar en la historia más antigua de cada una de las Villas cubanas, notamos que todas tienen una relación directa con la religiosidad que los españoles introdujeron en Cuba. Siguiendo este derrotero, la imagen de Nuestra Señora de Consolación era la que adoraban los consolareños en los primeros tiempos. En los inventarios de la iglesia católica de la Villa de Consolación se evidencia que el altar mayor, entre 1690 y los primeros años del siglo XIX, lo ocupaba la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Consolación.
Igualmente es notorio en estos inventarios, que al referir a los componentes del recinto del templo no se hace mención de la imagen de la Virgen de la Candelaria. Por lo que a juicio del autor de este trabajo no resulta atinado vincular la adoración colectiva de los consolareños a la imagen de la Virgen de Candelaria, antes del siglo XIX.
Pudieran aparecer entonces dos preguntas claves: ¿En qué momento se introduce la imagen de la Virgen de la Candelaria? ¿Cuándo tiene lugar la deposición de la Virgen Nuestra señora de Consolación y la entronización de La Candelaria como patrona de Consolación?
Propongo al lector este fragmento de una carta de aquel hijo ilustre de Vueltabajo, figura cumbre de la ciencia en el siglo XIX, afamado agrimensor, poeta y escritor, Tranquilino Sandalio de Noda, a su hermana Silvia, escrita durante una de sus visitas a Consolación, allá por 1839.
¡Carísima!
Primero. La Vueltabajo se despuebla para ir a las fiestas de Consolación el día 2 del próximo febrero en que se celebran las fiestas de la Candelaria, o fiestas de la purificación de Nuestra Señora de la Candelaria.
Es la gran función de ese pueblo, y en ellas se reunirán al menos dos mil almas, número extraordinario en una aldea que apenas tiene 25 casas Las franquicias otorgadas a los vegueros en Vueltabajo a comienzos del siglo XIX, atrajo cientos de emigrantes de las Islas Canarias a tierras consolareñas, la mayor parte cosecheros de tabaco y ganaderos.
La influencia social y cultural de los emigrantes isleños (de Canarias) llegó a ser indiscutible, tal es el caso que fueron imponiendo la imagen de la Candelaria, “patrona de aquellas islas españolas”.
La última mención de un homenaje a la Imagen de Nuestra Señora de Consolación tuvo lugar el 25 de mayo de 1873, en el altar que se levantó al aire libre para la ceremonia de inicio de la construcción del nuevo templo, al menos de forma oficial, según la regencia del Obispo de Cuba y la disposición papal, esta era la “patrona de Consolación” en aquella fecha.
Se dice, que a punto de terminarse el nuevo templo –en 1875- fue solicitada una nueva imagen de la virgen de la localidad, es decir Nuestra Señora de Consolación, pero, dos veces se confundieron y enviaron la Virgen de la Candelaria, lo cual se interpretó como un buen augurio, admitiéndose finalmente la virgen de Canarias como la patrona del pueblo. No obstante, es posible que la emigración canaria y su descendencia criolla tuvieran mucho que ver en esta decisión.
Desde entonces al amanecer del 2 de febrero los vecinos de la Villa y los alrededores esperaban la “Misa Mayor”. Luego el desmandado repique de las campanas anunciaba la fiesta. En los alrededores del templo y la plaza, los guajiros vendían lechón asado, congrí, dulces de diferentes clases, chocolate caliente, café y otras ofertas. La concurrencia era inmensa, los abrazos efusivos y el estreno de la mejor indumentaria caracterizaban el ambiente. Luego el templo convocaba a la ceremonia; visitaban la Villa el obispo de Pinar del Río y curas de otras parroquias. Hacían uso de la palabra diferentes oradores y se escuchaba el coro de la iglesia parroquial. Finalmente celebraban decenas de bautizos.
Alrededor de las doce del día terminaba la liturgia religiosa en la iglesia y al caer la tarde comenzaba la procesión de “La Candelaria”. A las 8 de la noche iniciaban los fuegos artificiales y después las sociedades de recreo daban comienzo a los tradicionales bailes.