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El referente más antiguo de lo que es hoy Consolación del Sur se remonta al 15 de enero de 1569, cuando se fundó el corral "Consolación, mercedado a Don Pedro López Sosa. En 1680 el obispo Juan García de Palacios tiene la intención de fomentar en la zona algunos curatos, empresa a la que dio continuidad su sucesor, Diego Evelino de Compostela, quien, en 1690, en un punto medio entre San Cristóbal de La Habana y el Cabo San Antón funda la Feligresía Nuestra Señora de Consolación, en el corral que otrora llevaba esta denominación.

La ermita, la casa de hospedería y las escasas construcciones de madera y cubierta de guano asociadas de asociadas a la Feligresía Nuestra Señora de Consolación permanecieron casi inalterables hasta que el termino formo parte de la Jurisdicción de Nueva Filipinas el 23 de julio de 1774. Los cambies substanciarles para Consolación tienen lugar en el siglo XIX, cuando tiene lugar en la Vueltabajo la expansión tabacalera.

El protagonismo del cultivo del tabaco, sin que esto significara menoscabo de la ganadería y otros renglones tradicionales, incentivo el progreso del partido de Consolación, que a mediados del siglo XIX vio nacer poblados como Herradura, Puerta de Golpe, Pilotos y Alonso de Rojas. Llevándose el protagonismo entre todos ellos el poblado cabecera del partido Consolación, parcelado entre 1845 y 1850, a partir de principios estructurales modernos.

La importancia económica y demográfica creciente del distrito de Consolación se puso de manifiesto ante los gobernantes de la Metrópolis española y en consecuencia, por Real Orden de la reina de España Isabel II, se creó el Ayuntamiento el 1 de Julio de 1866. Por razones similares, en el año 1878 se le otorgó el título de Villa.

Aspecto de interés en esta etapa fue el proceso de formación de la nacionalidad cubana en territorio consolareño. En el siglo XIX era notable el número de personas nacidas en esta localidad, o criollos que venían de otras partes de Cuba. Por lo que el sentimiento de amor a la patria no tardó en aparecer entre los consolareños.

En la guerra de 1868 se destacan dos consolareños Emilio Ubieta Mauri, caído en la batalla de Las Guácimas en 1874, y Rafael del Pino Días, quien al intentar iniciar la conspiración en la zona fue detenido y deportado. La tregua 1878-1895 fue también fecunda en esta localidad. A la nueva contienda organizada por Martí iniciada el 24 de febrero de 1895 se unieron decenas de consolareños. Lo cual estuvo incentivado por el paso de la Invasión a Occidente por este territorio, la estancia del Lugarteniente General y sus hombres en Piloto, y el ataque del Titán de Bronce el 23 de mayo de 1896 a la Villa de Consolación del Sur.

Entre las figuras notables de la Guerra de 1895 estuvieron la Capitana Catalina Valdés, el General Ernesto Asbert y Paulina Pedroso, conocida en la historia como “la madre negra de José Martí”.

Consolación del Sur también fue víctima de la ocupación yanqui del territorio cubano una vez terminada la guerra en 1898 Colonos norteamericanos, ocuparon buena parte del este del municipio, fundando el pueblo de Herradura City.

La República Neocolonial trajo a Consolación la doble explotación de terratenientes y burgueses y el capital extranjero poniéndose de manifiesto las luchas politiqueras por una parte, y el desarrollo del movimiento obrero.

El período de 1902-1914 fue difícil para la naciente clase obrera consolareña que se multiplicó, producto del éxodo hacia la ciudad de muchos campesinos arruinados por la guerra y la reconcentración de Weyler. La disponibilidad de fuerza de trabajo y el escaso empleo facilito el aumento de la explotación. Cuentan algunas ancianas que en las escogidas de tabaco el capataz le robaba dinero en el pesaje, lo mismo sucedía a sus predecesoras en este oficio. Nadie se atrevía a protestar por temor a la cesantía.

Los reiterados maltratos animaron a los trabajadores y trabajadoras de la localidad a organizarse para defender sus derechos. El 25 de agosto de 1903 llegan a Consolación del Sur procedente de Guira de Melena, Tranquilino Santos y Miguel A. Piedra, con ellos viaja Miguel Candoya, del Gremio de San Antonio de los Baños. La reunión con los obreros se efectuó en una casa en construcción (en la esquina de la avenida 51 y calle 64) Asistieron más de 300 personas y se nombró una directiva que eligió como presidente a Manuel L. Alcalde y Ramón Contreras como vicepresidente. El número de afiliados fue de 383.

El primero de septiembre de 1903 se realizó un mitin para aprobar el reglamento. El pronunciamiento disparó la ira de algunos terratenientes y propietarios de negocios, sobre todo los de las manufacturas de tabacos, por lo que el 2 de septiembre de 1903 tiene lugar la primera huelga en Consolación del Sur. El hecho ocurrió en la escogida de La Carambola, donde el patrón se negó a aceptar el gremio. Pero la firmeza de los obreros -mayoritariamente mujeres- fue determinante y pasados tres días fueron aceptadas las demandas obreras.

Con posterioridad esta forma de organización se extendió a otros sectores. Entre los primeros estuvo el sindicato de los zapateros, denominado Unión Sindical de Zapateros y Similares de Consolación del Sur. Organización que se caracterizó por la defensa de sus afiliados.

En la década de 1930 los consolareños se enfrentaron a la dictadura machadista a través de la huelga y la lucha armada, contienda en la que murieron 11 piloteños.

En el mes de abril de 1953 Fidel Castro Ruz, Ñico López y Pastorita Núñez llegan a Consolación del Sur, y en la casa de la familia Fernández Rueda se reúnen con los jóvenes ortodoxos Danilo Crespo, Ariel Silva, Luís García y Luís Fernández Rueda. Allí quedo fundado el “Movimiento”, como denominaban esta organización en sus inicios.

Los compañeros Danilo Crespo y Luís Fernández quedaron en contacto con Fidel. A partir de entonces se integrarían a una etapa de preparación secreta e intensa para participar en una acción, que muy pronto llevarían a cabo. Los consolareños, junto al resto de los combatientes que luego participarían en el asalto, aprendieron a disparar en el polígono de la Universidad de La Habana; y se instruyeron en las pautas de la lucha clandestina.

Dada las condiciones en el mes de septiembre de 1955, en lugar aún no precisado, se constituye en la Villa consolareña, en una reunión presidida por Francisco González Álvarez, miembro de la Dirección Provincial del M-26-7, la primera célula de esta organización clandestina en todo el Municipio. Quedando integrada por los siguientes compañeros: Coordinador, Danilo Crespo Crespo. Financiero, José Ramón Valdés Hidalgo. Propaganda, Felipe Lugo. Frente bélico, José A. Acosta. Las células tenían una estructura que no rebasaba el número de 10 integrantes, con un responsable que establecía el enlace con el jefe del frente correspondiente.

En 1958 ya existían alrededor de 34 células del M-26-7 en los diferentes barrios de Consolación del Sur. En ellas se agrupaban más de 200 combatientes. El número de sus integrantes no era menor de seis ni mayor de diez compañeros. Además, había combatientes y colaboradores residentes en lugares donde aún no estaba creada la célula, que cumplían allí diversas tareas asignadas. Las nominaciones de cargos de la célula matriz estaban en correspondencia con los frentes de lucha; igual sucedía con las células creadas en los barrios.

Los consolareños formaron parte activa de la generación del centenario. Es el caso de los combatientes, Miguel Cabañas Perojo, expedicionario del Granma. Rene Anillo capote, del Directorio Revolucionario, y Danilo Crespo, fundador del M-26-7 en Consolación.

Al triunfo de la Revolución los consolareños estuvimos presente en los más encendidos combates: en Playa Girón, en las Milicias Nacionales Revolucionarias, junto al Che en los difíciles momentos de la Crisis de Octubre y en las misiones internacionalistas que se han desarrollado en cualquier rincón del mundo.

Con el Triunfo de la Revolución se inician el cumplimiento del Programa del Moncada, se hacen realidad los sueños de cada hijo de esta tierra que dieron lo mejor de sí, para que a ella llegara la verdadera justicia.

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